Y que nunca lo pasara mal

La miraba, no podía dejar de mirarla, ella parecía no darse ni cuenta, pero el no le quitaba los ojos de encima.
No sabía que le pasaba jamás había sentido esas sensaciones cuando miraba a alguna chica, nunca había tenido una pareja estable y no la quería tener y aunque con esa chica solo se había saludado un par de veces, sentía que la tenía que proteger.
Él era un capullo con todo el mundo, hasta con ella, por eso ella no quería hablarle, pero es que el era así y no sabía tratar a la gente de otra forma.
Quería acercarse a ella y saludarla, pero incluso solo de pensarlo se le aceleraba el corazón y le sudaban las manos. Se estaba volviendo loco y no sabía que hacer, hasta que decidió que la próxima vez que la viera, le sonreiría y sería mas agradable.
Quería que ella sintiera lo mismo que él, así poderla hacer feliz, hacerla sonreír todo el día y que nunca lo pasara mal.