El bosque mágico

Estábamos los dos, tu y yo, se nos veía felices, solo sabíamos sonreírnos cada vez que nos mirábamos. El sol te daba en la cara, tus ojos color miel eran preciosos a la luz del sol, me veía reflejados en ellos y te veía el alma. Caminábamos por un bosque, me resulta familiar pero ahora mismo no sabría decirte donde lo había visto. Íbamos de la mano, con nuestros dedos entrelazados. Me dabas muchos besitos por toda la cara haciendo que sonaran como solo tu sabes que me gustan. En un momento inesperado, empecé a correr como una loca y te dije que si me pillabas te daría un premio, en tan solo decirlo echaste a correr detrás mía, nos reíamos mucho y me pillaste. Entonces te dí tu premio, te acaricié la cara con las yemas de los dedos y te di un dulce beso en los labios. Las horas pasaban como si de segundos se tratasen, nos tumbamos y me abrazaste fuerte diciéndome que nunca te dejara solo, que yo era todo lo que querías. En ese instante me desperté, todo era un sueño o una pesadilla, según como se vea, porque en ese momento me acordé de que ya no estábamos juntos, de que te fuiste y me dejaste sola, mientras que yo después de ese sueño, solo sabía echarte de menos, porque yo de verdad te quería.